En Save the Children creemos que la violencia también se aprende. Hace unos días circuló en redes sociales un video en el que se puede ver cómo una maestra de una escuela del Estado de México es agredida por un padre de familia. En varias notas, uno de los puntos que llama la atención es el niño que presenció la agresión.
Por esta razón, es que queremos compartir puntos muy importantes sobre la violencia y cómo afecta la niñez.
¿Los niños y niñas pueden aprender a replicar la violencia?
Sí. La violencia también se aprende a través de los adultos. Las niñas y niños replican cómo resolvemos los problemas, la forma en que hablamos con otras personas; cómo nos relacionamos y tratamos a los demás y a nuestro entorno.
Cuando las niñas y niños se encuentran en contextos violentos, les mostramos que la violencia es la forma válida de relacionarse, de comunicarse y de ser.
En contextos violentos, los patrones de crianza generalmente suelen serlo también, por lo que es a través de ellos que la violencia se vuelve un ciclo difícil de romper.
¿Cómo afecta la violencia el desarrollo de un niño o niña?
La violencia genera estrés, angustia y sufrimiento en niñas y niños. Este sufrimiento, además de provocar mucho dolor emocional, ocasiona problemas físicos:
Crecimiento inadecuado
Mala nutrición
Dolores de cabeza y migrañas
Dificultad para el aprendizaje
Problemas en los procesamientos de memoria, pensamiento
Falta de atención y concentración
Indefensión
Agresividad
Miedo
Falta de valoración propia y auto confianza
Vivir con dolor emocional es algo realmente difícil para cualquier persona, para los niños y niñas es aún más.
Cuando las niñas y niños están expuestos a contextos violentos, pueden experimentar miedo y estrés permanente. Esto ocasiona generen mecanismos de defensa para poder equilibrar su sistema nervioso. ¿Esto qué significa? Que niñas y niños tratarán de complacer a las personas para estar exentos de la violencia. Aprenderán a invalidar lo que sienten y lo que necesitan; asumirán que son poco valiosos/as, etc.
La violencia que se vive, que se presencia o está alrededor de niñas y niños deja traumas. Los traumas son huellas emocionales que impiden una relación adecuada consigo misma/o y con las demás personas.
¿Cuáles son las ventajas de que niños y niñas estén en espacios seguros?
Un espacio seguro lo hacemos las personas adultas cuando nuestra forma de ser no es violenta. En estos espacios, además, se busca el bienestar de todas las personas. En un espacio seguro, las personas adultas asumimos la responsabilidad de proteger y cuidar a niñas, niños y su entorno.
Cuando niñas y niños se encuentran en lugares seguros, se sienten a gusto y en plenitud. Pueden aprender, idear, jugar, explorar con confianza en la vida y en libertad. Además, también son capaces de reconocer los buenos de los malos tratos. Este estado envía un mensaje a su sistema nervioso de seguridad y confianza en su entorno y asume que los adultos son personas que les protegen y cuidan. Por lo tanto, se favorece su desarrollo y pueden alcanzar su máximo potencial.
Fuentes: Cyrulnik, B. (2017) Las almas heridas. Gedisa Siegel, D. (2011). El cerebro del niño. Alba Hubl, T. Healing Collective Trauma. Sounds True, Incorporated
La violencia también se aprende
En Save the Children creemos que la violencia también se aprende. Hace unos días circuló en redes sociales un video en el que se puede ver cómo una maestra de una escuela del Estado de México es agredida por un padre de familia. En varias notas, uno de los puntos que llama la atención es el niño que presenció la agresión.
Si nos sigues en redes sociales, sabes que constantemente denunciamos actos violentos y exigimos respuestas y acciones inmediatas del Estado mexicano para frenar la violencia contra la niñez.
Por esta razón, es que queremos compartir puntos muy importantes sobre la violencia y cómo afecta la niñez.
¿Los niños y niñas pueden aprender a replicar la violencia?
Sí. La violencia también se aprende a través de los adultos. Las niñas y niños replican cómo resolvemos los problemas, la forma en que hablamos con otras personas; cómo nos relacionamos y tratamos a los demás y a nuestro entorno.
En contextos violentos, los patrones de crianza generalmente suelen serlo también, por lo que es a través de ellos que la violencia se vuelve un ciclo difícil de romper.
¿Cómo afecta la violencia el desarrollo de un niño o niña?
La violencia genera estrés, angustia y sufrimiento en niñas y niños. Este sufrimiento, además de provocar mucho dolor emocional, ocasiona problemas físicos:
Cuando las niñas y niños están expuestos a contextos violentos, pueden experimentar miedo y estrés permanente. Esto ocasiona generen mecanismos de defensa para poder equilibrar su sistema nervioso. ¿Esto qué significa? Que niñas y niños tratarán de complacer a las personas para estar exentos de la violencia. Aprenderán a invalidar lo que sienten y lo que necesitan; asumirán que son poco valiosos/as, etc.
La violencia que se vive, que se presencia o está alrededor de niñas y niños deja traumas. Los traumas son huellas emocionales que impiden una relación adecuada consigo misma/o y con las demás personas.
¿Cuáles son las ventajas de que niños y niñas estén en espacios seguros?
Un espacio seguro lo hacemos las personas adultas cuando nuestra forma de ser no es violenta. En estos espacios, además, se busca el bienestar de todas las personas. En un espacio seguro, las personas adultas asumimos la responsabilidad de proteger y cuidar a niñas, niños y su entorno.
Cuando niñas y niños se encuentran en lugares seguros, se sienten a gusto y en plenitud. Pueden aprender, idear, jugar, explorar con confianza en la vida y en libertad. Además, también son capaces de reconocer los buenos de los malos tratos. Este estado envía un mensaje a su sistema nervioso de seguridad y confianza en su entorno y asume que los adultos son personas que les protegen y cuidan. Por lo tanto, se favorece su desarrollo y pueden alcanzar su máximo potencial.
¡Creemos espacios seguros para niñas y niños! Mira cómo aquí.
Fuentes
Fuentes: Cyrulnik, B. (2017) Las almas heridas. Gedisa
Siegel, D. (2011). El cerebro del niño. Alba
Hubl, T. Healing Collective Trauma. Sounds True, Incorporated
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