Hasta ahora, se estima que en México la covid-19 podría empujar a 100 mil niñas y niños a integrarse al trabajo infantil en menos de un año.
Como personas adultas sabemos que la niñez es una de las etapas más importantes de la vida. Usualmente, recordamos con cariño los fines de semana con nuestros abuelos, los juegos con nuestras amigas y amigos y, sin ninguna duda, nuestro paso por la escuela.
Todas esas interacciones nos brindaron la oportunidad de desenvolvernos, desarrollar nuestro carácter y recolectar experiencias que hoy nos han convertido en las personas adultas que somos.
Lastimosamente en México, la COVID-19 ha privado de esos derechos a la niñez. Las medidas de confinamiento y sana distancia implementadas para contener el virus obligaron al cierre de las escuelas y las rutinas del día a día se alteraron sin aviso.
En este escenario, los efectos para los sectores más vulnerables se agudizaron: el aumento de la pobreza, el empleo informal y el desempleo de madres y padres, han orillado a las familias a dejar de lado su bienestar para atender otras prioridades más inmediatas como comida, techo y salud.
Este panorama genera un efecto “bola de nieve” porque la presión por subsistir orilla a niñas, niños y adolescentes a entrar en el mercado laboral de manera prematura y en condiciones precarias.
Para ellas y ellos, existe un monstruo que los asecha llamado trabajo infantil. Hasta ahora, se estima que en México la covid-19 podría empujar a 100 mil niñas y niños a integrarse a las filas laborales en menos de un año[1].
¡NO PODEMOS PERMITIR QUE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES TRABAJEN!
Justificarlo sería atentar contra sus derechos; afectarles su desarrollo físico y moral, quebrantarles sus sueños. Pero lo más grave es que les negaríamos la oportunidad de tener un mejor futuro.
Por ello, en Save the Children te invitamos a que te sumes a nuestra campaña Niñez Libre De Trabajo y visibilicemos este problema que no podemos ignorar.
Exijamos a las autoridades que garanticen la protección de niñas, niños y adolescentes; que establezcan y fortalezcan programas sociales que aseguren un ingreso mínimo de emergencia para todas las personas que han visto mermados sus ingresos; que se implementen mecanismos que aseguren la permanencia escolar y prevengan la deserción. En síntesis, que reduzcan la posibilidad de que la niñez tenga que realizar trabajo infantil.
[1]La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (2019) y el Módulo de Trabajo Infantil (2017) del INEGI, estiman que 100 mil niñas y niños han ingresado al trabajo infantil en estos 2 años, pero de acuerdo con la OIT, la pandemia tiene el potencial de igualar esa cifra en menos de 1 año[1].
Niñez libre de trabajo: el monstruo llamado trabajo infantil
Hasta ahora, se estima que en México la covid-19 podría empujar a 100 mil niñas y niños a integrarse al trabajo infantil en menos de un año.
Como personas adultas sabemos que la niñez es una de las etapas más importantes de la vida. Usualmente, recordamos con cariño los fines de semana con nuestros abuelos, los juegos con nuestras amigas y amigos y, sin ninguna duda, nuestro paso por la escuela.
Todas esas interacciones nos brindaron la oportunidad de desenvolvernos, desarrollar nuestro carácter y recolectar experiencias que hoy nos han convertido en las personas adultas que somos.
Lastimosamente en México, la COVID-19 ha privado de esos derechos a la niñez. Las medidas de confinamiento y sana distancia implementadas para contener el virus obligaron al cierre de las escuelas y las rutinas del día a día se alteraron sin aviso.
En este escenario, los efectos para los sectores más vulnerables se agudizaron: el aumento de la pobreza, el empleo informal y el desempleo de madres y padres, han orillado a las familias a dejar de lado su bienestar para atender otras prioridades más inmediatas como comida, techo y salud.
Este panorama genera un efecto “bola de nieve” porque la presión por subsistir orilla a niñas, niños y adolescentes a entrar en el mercado laboral de manera prematura y en condiciones precarias.
Para ellas y ellos, existe un monstruo que los asecha llamado trabajo infantil. Hasta ahora, se estima que en México la covid-19 podría empujar a 100 mil niñas y niños a integrarse a las filas laborales en menos de un año[1].
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¡NO PODEMOS PERMITIR QUE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES TRABAJEN!
Justificarlo sería atentar contra sus derechos; afectarles su desarrollo físico y moral, quebrantarles sus sueños. Pero lo más grave es que les negaríamos la oportunidad de tener un mejor futuro.
Por ello, en Save the Children te invitamos a que te sumes a nuestra campaña Niñez Libre De Trabajo y visibilicemos este problema que no podemos ignorar.
Exijamos a las autoridades que garanticen la protección de niñas, niños y adolescentes; que establezcan y fortalezcan programas sociales que aseguren un ingreso mínimo de emergencia para todas las personas que han visto mermados sus ingresos; que se implementen mecanismos que aseguren la permanencia escolar y prevengan la deserción. En síntesis, que reduzcan la posibilidad de que la niñez tenga que realizar trabajo infantil.
[1] La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (2019) y el Módulo de Trabajo Infantil (2017) del INEGI, estiman que 100 mil niñas y niños han ingresado al trabajo infantil en estos 2 años, pero de acuerdo con la OIT, la pandemia tiene el potencial de igualar esa cifra en menos de 1 año[1].
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