El 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante. Esta fecha se estableció desde el año 2000 con el propósito de visibilizar y concientizar sobre la situación de quienes migran, y la necesidad de garantizar sus derechos humanos. Por eso en Save the Children trabajamos junto a la Unión Europea por las niñas y niños migrantes.
Desafortunadamente, aún queda una deuda mundial con quienes se han visto forzados a salir de sus países porque sus vidas y las de sus familias están en riesgo. Las violaciones a sus derechos son una constante. Desde que dejan sus hogares y durante todo el viaje, las personas migrantes son propensas a distintos riesgos.
Es aún más complejo cuando se trata de niñas, niños o adolescentes. Por su edad este grupo suele ser más vulnerable ante la violencia, la explotación, el abuso y la discriminación. También son más propensos a enfermarse, pasar hambre y detener su educación.
La magnitud de este fenómeno es alarmante.
Por estos motivos, Save the Children y la Unión Europea trabajan juntas por la niñez migrante: debido a la migración en México, con financiamiento del Departamento de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO, por sus siglas en inglés), hemos desplegado acciones de respuesta humanitaria en las fronteras norte y sur de México. Aquí atendemos las necesidades básicas de la población migrante, mitigamos los impactos de la pandemia y protegemos sus derechos.
Los espacios amigables
Una de las estrategias de acción son los Espacios Amigables. Estos son lugares seguros en donde niñas y niños pueden aprender, recuperarse del trauma del viaje, jugar, y, sobre todo, volver a ser niños.
A este espacio asiste Juli*, quien a los 6 años salió de Honduras junto a su mamá embarazada, su tía y su hermana menor. La familia inició su viaje para reunirse con su abuela que vive en Estados Unidos y a quien solo conoce por video llamada.
Para llegar a México, Juli y su familia se transportaron en autobús y después tomaron La Bestia, un tren de carga que atraviesa todo el país desde la frontera sur hasta la frontera norte. Lograron llegar hasta Tijuana a salvo y hoy viven en un albergue esperando obtener un permiso para cruzar la frontera. Estas son las historias por las que Save the Children y la Unión Europea trabajan juntas por la niñez migrante.
Te invitamos a conocer más acerca de la vida de Juli a través de nuestra fotogalería.
Save the Children y la Unión Europea juntas por la niñez migrante
El 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante. Esta fecha se estableció desde el año 2000 con el propósito de visibilizar y concientizar sobre la situación de quienes migran, y la necesidad de garantizar sus derechos humanos. Por eso en Save the Children trabajamos junto a la Unión Europea por las niñas y niños migrantes.
Desafortunadamente, aún queda una deuda mundial con quienes se han visto forzados a salir de sus países porque sus vidas y las de sus familias están en riesgo. Las violaciones a sus derechos son una constante. Desde que dejan sus hogares y durante todo el viaje, las personas migrantes son propensas a distintos riesgos.
Es aún más complejo cuando se trata de niñas, niños o adolescentes. Por su edad este grupo suele ser más vulnerable ante la violencia, la explotación, el abuso y la discriminación. También son más propensos a enfermarse, pasar hambre y detener su educación.
La magnitud de este fenómeno es alarmante.
Por estos motivos, Save the Children y la Unión Europea trabajan juntas por la niñez migrante: debido a la migración en México, con financiamiento del Departamento de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO, por sus siglas en inglés), hemos desplegado acciones de respuesta humanitaria en las fronteras norte y sur de México. Aquí atendemos las necesidades básicas de la población migrante, mitigamos los impactos de la pandemia y protegemos sus derechos.
Los espacios amigables
Una de las estrategias de acción son los Espacios Amigables. Estos son lugares seguros en donde niñas y niños pueden aprender, recuperarse del trauma del viaje, jugar, y, sobre todo, volver a ser niños.
A este espacio asiste Juli*, quien a los 6 años salió de Honduras junto a su mamá embarazada, su tía y su hermana menor. La familia inició su viaje para reunirse con su abuela que vive en Estados Unidos y a quien solo conoce por video llamada.
Para llegar a México, Juli y su familia se transportaron en autobús y después tomaron La Bestia, un tren de carga que atraviesa todo el país desde la frontera sur hasta la frontera norte. Lograron llegar hasta Tijuana a salvo y hoy viven en un albergue esperando obtener un permiso para cruzar la frontera. Estas son las historias por las que Save the Children y la Unión Europea trabajan juntas por la niñez migrante.
Te invitamos a conocer más acerca de la vida de Juli a través de nuestra fotogalería.
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Fuente
[1] Unidad de Política Migratoria. Recuperado de http://portales.segob.gob.mx/work/models/PoliticaMigratoria/CEM/Estadisticas/Boletines_Estadisticos/2020/Boletin_2020.pdf
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