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¡Una muchacha de rojo!

junio 13, 2023 SaveMX 0 Comments

¡Una muchacha de rojo! Así comienza la historia de María del Carmen Morales Navarrete que tiene 36 años y es de San Pedro, Huilotepec, Oaxaca. Ella nos cuenta que pudimos cambiar su vida y la de sus hijos gracias al a nuestro apoyo ante el sismo de 2017. 

Su pueblo es muy pequeño, nos dice, y confirma que allí las personas son muy alegres y les encanta la música y el mar. Sin embargo, en 2017, cuando sucedió el terremoto, les impactó de manera muy negativa. Todas las personas se sentían muy tristes e infelices y habían perdido su patrimonio, su fuente de ingresos y la tranquilidad de estar en un lugar seguro, debido a las réplicas y el miedo a que todo se derrumbara.  

María del Carmen recuerda el día que conoció a Save the Children por primera vez: “Estaba en casa intentando hacer mi comida, mis niños jugaban afuera en el patio, y no se me olvida: tocaron la puerta y los niños gritaron: ¡una muchacha de rojo!”  

Al principio, Maria del Carmen tuvo un poco de miedo, pero luego, el equipo de respuesta humanitaria que se encontraba en el terreno le explicó que estábamos realizando un levantamiento de encuestas a la población a modo de diagnóstico para poder ver cuáles eran las necesidades principales que encontrábamos ante la emergencia y poder crear un plan de acción en base a ellas.  

Respuesta humanitaria: Los primeros en llegar y los últimos en irnos

«Fueron los primeros y hasta ese momento los únicos en acercase y escucharnos, después de unos días nos reunieron y comenzaron a darnos pláticas y a realizar las actividades socioemocionales con los NNA y eso me dio más tranquilidad, pues veía a mis hijos felices, se olvidaban de todo el daño del terremoto, mi hija después de las sesiones al llegar a casa me contaba que era normal sentir miedo, y expresar nuestras emociones, continué yendo a los talleres y me hice amiga de maravillosas mujeres, con muchas ganas de salir adelante, de levantarse en medio de esos escombros”.  

Lo que más destaca María del Carmen son las capacitaciones que recibieron de Save the Children en temas de salud, educación y protección y la ayuda monetaria para poder reactivar su economía familiar y continuar con la elaboración de totopos. “Ustedes nos han acompañado en este proceso de reconstruirnos. Mientras más pasaba el tiempo confirmaba que Save the Children era como un ángel que había llegado a ayudarnos, y darnos esa luz que necesitábamos, y no me equivoqué, siguen con nosotras después de 5 años”.  

Conoce otro testimonio: Save the Children significó esperanza

Además, recuerda haber pasado muy bellos momentos como por ejemplo en una actividad que junto con sus compañeras compartieron unos dibujos que habían realizado para expresarse: “Yo me sentí muy feliz con esa actividad, fue la primera vez que entre mis manos tuve unos colores y una hoja para expresar lo que sentía en ese momento”.

La muchacha de rojo: Del miedo a la esperanza

“Nada de lo que hoy les cuento sería posible sin el trabajo e intervención de Save the Children en nuestra comunidad. Después del terremoto, teníamos mucho miedo, y de pronto Save the Chindren llegó como una luz de esperanza, como un ángel y nos brindó herramientas para levantarnos, prepararnos y responder a futuras emergencias”. 

María del Carmen nos cuenta que pudimos cambiar su vida, la de sus hijas e hijos y también la de las mujeres que a rodean gracias a los talleres, capacitaciones y el apoyo monetario que impartimos como respuesta humanitaria ante el sismo de 2017. Estas historias son por la que trabajamos día a día y las que nos llegan de orgullo.  

“Llegué a pensar que solo debía dedicarme a mi familia y que probablemente mis hijos también se iban a casar muy jóvenes. Pero no, ellos se sienten motivados de seguir estudiando, saben que es su derecho y me siento con una gran esperanza. He aprendido mucho, y ahora con el plan de negocios veo la oportunidad de hacer crecer mi negocio, de darle empleo a otras mujeres de mi comunidad. Mi vida cambió, la de mis hijos también y desde luego la de las mujeres que me rodean”.  

Para María del Carmen, sería más fácil si más personas se sumaran a nuestra causa para que ningún niño o niña se quede sin asistir a la escuela, sin conocer sobre sus derechos, sin jugar y sin descubrirse. Sin embargo, tiene un mensaje de esperanza para darle a las niñas y niños:  
“No dejen de soñar, de sonreír, de aprender, de confiar y creer que aún hay personas buenas que se preocupan y trabajan por un mejor mundo”.  

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