Rubén Ángel Pérez Olivarría, tiene 55 años y lleva más de la mitad de su vida trabajando con poblaciones vulnerables y destaca «Save the Children permite a niñas, niños, adolescentes y jóvenes construir un proyecto de vida».

15 años de una gran aventura

Hace 15 años es parte de Save the Children y así empieza su historia: “recibí un correo preguntando si estaba interesado en participar en la elaboración de un diagnóstico sobre trabajo infantil en Sonora. Así comenzó esta gran aventura en la que estoy a punto de cumplir 15 años”.  

Rubén cuenta que ante esto, sintió que podía recuperar la emoción en un trabajo pero, sobre todo, la creencia y la certeza de que podía hacer algo que cambiara las condiciones de marginación y pobreza de la gente, especialmente de las niñas y niños.  

Para él, Save the Children significa la oportunidad de pensar, creer, aportar y construir espacios seguros en donde a las niñas, niños y adolescentes se les reconozcan sus derechos y puedan ejercerlos con plenitud. Re-construyendo vidas: la aventura de Rubén

“En Save uno aprende a ser mejor persona, yo soy mejor persona hace 15 años. Se enriquece uno emocionalmente porque en la vida, el hacer, cobra sentido, porque estás haciendo algo por la otra y el otro, los dignificas al mismo tiempo que dignificas tu vida”.  

Rubén recuerda de sus inicios uno de los días que conoció a parte del equipo y les dijo “Me da gusto saber que sí es real, que sí existen personas como ustedes que trabajan por lo demás”. Porque esas personas eran con las que Rubén se identificaba, aquellas quienes están pensando en hacer un mundo mejor para los demás. 

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El trabajo de campo en Save the Children

Lo que más le gusta a Rubén es el trabajo de campo: “es la mejor sensación de todas”, nos cuenta, aunque afirma que en muchos casos también es difícil y doloroso ver la realidad que vive la niñez. Sin embargo, recuerda una situación que lo conmovió en el albergue de Ixtepec, atendiendo un espacio amigable para niñas y niños. Fue la forma tan amorosa, cariñosa, de respeto y cuidado con la que un padre trató a su hijo, luego de haber perdido todo ya que su casa se había destruido recientemente.  

En ese momento, me sequé las lágrimas y me dije: ¡Manos a la obra! Si ese señor es capaz de acompañar a su hijo a salir adelante, con más razón tú también que en un tiempo estarás en tu casa sin haber perdido nada”.  

Save the Children permite a niñas, niños, adolescentes y jóvenes construir un proyecto de vida y les enseña que tienen derechos y que pueden y merecen tener un presente y futuro digno. Para Rubén, esto es lo más importante del trabajo que realiza la organización.  

Además, cuenta que se siente orgulloso de que a través de Save the Children los recursos llegan a donde deben llegar porque hay claridad en lo que buscamos hacer: asegurar un mundo en el que cada niña, niño y adolescente tenga derecho al desarrollo pleno de su dignidad.  

“Hay personas que los quieren acompañar en su viaje de construcción de vida, no están solas ni solos”, destaca Rubén como mensaje para las niñas y niños.