En México existen 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil. De este número, casi un tercio realiza trabajo infantil en el hogar en condiciones no adecuadas[1]. Es decir, llevan a cabo labores de cuidado (como asistir y encargarse de una persona con discapacidad, adultos mayores o con alguna enfermedad), o realizan actividades propias del hogar como lavar, planchar o preparar la comida de forma intensa, exhaustiva o que pone en riesgo su integridad o desarrollo. Todo esto ya sea como contribución familiar o en el marco de una relación laboral.
Sin embargo, la cifra real es desconocida porque este tipo de trabajo infantil se realiza a puerta cerrada. Esta situación hace que sea mucho más difícil su detección y facilita las violaciones a los derechos de las niñas y niños. Hasta ahora no hay forma en la cual las autoridades laborales puedan constatar que las condiciones y actividades que realizan sean las permitidas por la ley y seguras para su edad.
Por ejemplo, puede haber situaciones en las que no reciban paga, no cuenten con seguridad social, trabajen por horarios prolongados o vivan en la casa de sus empleadores. Y es más grave cuando tienen menos de 15 años de edad[2], pertenecen a una comunidad indígena, tienen alguna discapacidad o son mujeres.
Consecuencias del trabajo infantil en el hogar
Las consecuencias de realizar trabajo infantil en el hogar son tan variadas como las labores que realizan:
Deserción escolar
Afectación a su salud física, psicológica y emocional
Acoso
Violación
Esclavitud
En los peores casos, la muerte
Por esto, es necesario que el Gobierno de México implemente las acciones necesarias para permitir que la inspección laboral entre a los hogares. También para que se cerciore de que las niñas y niños solo realicen actividades que no expongan su seguridad e integridad.
Parte de este desafío es la falta un protocolo de inspección específico para el trabajo del hogar, la falta de coordinación entre las autoridades responsables y, lo más importante, la controversia entre la vigilancia del cumplimiento de la ley y el derecho de las familias a su privacidad.
Sabemos que es un reto, pero entendemos que es por una causa más importante: la protección y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Por esto, es necesario que nuestro gobierno implemente, por lo menos, las siguientes acciones:
Realizar las adecuaciones a la legislación vigente. Así permitirá que la inspección laboral llegue a los hogares en los que las niñas, niños y adolescentes realizan trabajo del hogar.
Construir un protocolo de inspección laboral enfocado en la inspección del trabajo del hogar.
Diseñar campañas de información y denuncia para casos de niñas, niños y adolescentes que realizan trabajo infantil dentro del hogar en condiciones que puedan afectar su salud y pleno desarrollo.
[2] La Ley Federal del Trabajo señala en su artículo 331 Bis que está prohibido que cualquier adolescente menor de 15 años de edad puede trabajar en el hogar.
El trabajo infantil también se da dentro de los hogares
En México existen 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil. De este número, casi un tercio realiza trabajo infantil en el hogar en condiciones no adecuadas[1]. Es decir, llevan a cabo labores de cuidado (como asistir y encargarse de una persona con discapacidad, adultos mayores o con alguna enfermedad), o realizan actividades propias del hogar como lavar, planchar o preparar la comida de forma intensa, exhaustiva o que pone en riesgo su integridad o desarrollo. Todo esto ya sea como contribución familiar o en el marco de una relación laboral.
Sin embargo, la cifra real es desconocida porque este tipo de trabajo infantil se realiza a puerta cerrada. Esta situación hace que sea mucho más difícil su detección y facilita las violaciones a los derechos de las niñas y niños. Hasta ahora no hay forma en la cual las autoridades laborales puedan constatar que las condiciones y actividades que realizan sean las permitidas por la ley y seguras para su edad.
Por ejemplo, puede haber situaciones en las que no reciban paga, no cuenten con seguridad social, trabajen por horarios prolongados o vivan en la casa de sus empleadores. Y es más grave cuando tienen menos de 15 años de edad[2], pertenecen a una comunidad indígena, tienen alguna discapacidad o son mujeres.
Consecuencias del trabajo infantil en el hogar
Las consecuencias de realizar trabajo infantil en el hogar son tan variadas como las labores que realizan:
Por esto, es necesario que el Gobierno de México implemente las acciones necesarias para permitir que la inspección laboral entre a los hogares. También para que se cerciore de que las niñas y niños solo realicen actividades que no expongan su seguridad e integridad.
Sabemos que es un reto, pero entendemos que es por una causa más importante: la protección y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Por esto, es necesario que nuestro gobierno implemente, por lo menos, las siguientes acciones:
Sigue leyendo: Cuando el trabajo de las niñas es limpiar
[1] INEGI, Comunicado de Prensa Núm. 627/20, 2020, p1, https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2020/EstSociodemo/ENTI-2019.pdf
[2] La Ley Federal del Trabajo señala en su artículo 331 Bis que está prohibido que cualquier adolescente menor de 15 años de edad puede trabajar en el hogar.
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